“Una hermana”, película dirigida por Sofía Brockenshire (Canadá) y Verena Kuri (Alemania) y protagonizada por Sofía Palomino y Adriana Ferrer que llegará al Gaumont el 14 de junio y antes, el jueves 31 de mayo podrá verse en BAMA (Av. Pres. Roque Sáenz Peña 1145 CABA)
FESTIVALES en los que participó
-VENECIA IFF 2016, Italia
-BAFICI 2017 – Competencia Argentina – Ganadora de Mejor Montaje – Premio SAE/EDA
-PANORAMICA Latinoamerican Film Festival 2017 – Estocolmo, Suecia
-FESTIFREAK Festival Internacional de Cine independiente de La Plata 2017 – Competencia Argentina
-Muestra de Cine Historias Extraordinarias 2017 – Río de Janeiro, Brasil
-48th IFFI International Film Festival of India 2017 – Goa, India
-Cairo International Women Film Festival, Egipto
Este filme, que ganó el premio SAE/EDA en BAFICI por su montaje, narra con sólidas actuaciones e impactante fotografía, la desaparición de una mujer y su encubrimiento; una temática muy presente en este momento de nuestra sociedad.
Cuando un Peugeot 505 aparece incendiado a la orilla de un río bonaerense, Alba emprende una búsqueda solitaria para encontrar a su hermana que ha desaparecido. Pese a la falta de rastros concretos, y ante el silencio de los demás, la ausencia de la mujer desaparecida abruma a los habitantes del pueblo ferroviario.
PALABRAS DE LAS DIRECTORAS
Dirigimos Una hermana con los innumerables casos de mujeres desaparecidas en mente. Esos casos se han transformado naturalmente en nuestras leyendas perdidas; cuando recordamos sus rostros y nombres, recordamos también sus desapariciones, sus historias sin resolver, tanto el pasado como el presente. Alba, una luchadora desafiante y modesta se mete en una de esas historias. La incapacidad de Alba para avanzar en este mundo es casi desesperante. Y por el poder del deseo, Alba es llevada al único reencuentro posible.
Una Hermana habla de la mujer silenciada. Lupe ha desaparecido de su casa sin dejar rastro, y en consecuencia la historia es de quienes quedan atrás, de las cuasi-detectives que encarnan los familiares de las víctimas, de la burocracia de los tiempos bonaerenses de fiscalías y trenes, de los campos rastrillados, de las alucinaciones y los llantos huérfanos.
La película adopta rasgos tomados del suspense, pero a medida que avanza la narración se inclina hacia otro lado, transformándose en lo contrario, una suerte de anti-suspense. No quisimos cumplir con las leyes establecidas de un policial clásico, ni tampoco revelar un solo culpable – sino abordar la situación que atraviesa la familia, expresar la sensación de ausencia a través de la puesta en escena. La mujer, como el resto de los elementos de la película, termina “desaparecida” en un no-lugar, al margen, en matorrales, terrenos baldíos, zanjas y ríos.